BCCPAM000539-3-33000000000000

oe —280— A mos la constancia inmutable del amor de Jesus a los mortales. Eran las delicias de la sabiduria eterna estar con los hijos de los hombres y se complacié en entrar en el casto seno de la Virgen, para dejar- se ver en la tierra y conversar con nosotros. {Po- dia desear estar mucho tiempo con ellos, cuando apenas nace lo quieren degollar, y no bien ha em- pezado 4 enseiiarles la verdad y darles la vida, ellos lo persiguen, y proyectan condenarlo 4 muer- te? O dulce Jesus, deseo de los collados eternos, pan de los escogidos, todo hermoso y deseable, si para quedarte en la tierra esperas 4 que sus mo- radores sean dignos, vuélvete 4 tu Padre, pues aqui no hallards sino pecadores y desagradecidos: pero ya que solo tu amor te obliga 4 tanto herois- mo, sé tii mismo el que disponga en nosotros la morada para recibirte, daéndonos un corazon con- trito y humillado, un corazon desprendido de la tierra y encendido todo en tu amor, PuNnTO sEGUNDo.—Nada demuestra con mas evidencia la inmutabilidad del amor del Corazon de Jesus, que las mismas circunstancias en que se encuentra, cuando va a realizar el gran por- tento de su caridad. Doce son los que van a ser participes de este favor inefable, namero por cier- to insignificante comparado con lq gran muche-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz