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—262— de yo estoy, para que vean mi gloria que ti me diste, pues me amaste antes de la constitucion del mundo. (1) iO caridad, 6 munificencia propia solo de Dios! Da Jesus su palabra ptiblica y solemne, y asidos 4 ella sus discipulos como 4 ancora segura, vivi- ran, como por anticipacion, en aquella mansion donde entré Jesucristo su precursor. ,Podra al- guno comprender qué dicha es esta que reserva el amante Corazon de Jesus para darlaa sus cre- yentes en la otra vida? No, porque no subid al corazon humano lo que Dios tiene preparado para los que le aman. (2) Pero zpodra dudarse de que ha de llegar el momento de poseer esta gloria? No, pues Jesucristo ha dicho, al retirarse de entre los hombres, que va al cielo 4 prepararles el lugar; mas, que volverd y tomara 4 cada uno consigo y lo llevara 4 donde él esta. (3) Es decir que a la filiacion adoptiva de hijo de Dios se sigue nece- sariamente el ser coherederos de Cristo, si per- severamos unidos 4 él en fé y caridad, siendo la adopcion, no una Cosa transitoria, sino perpétua, porque asi lo quiere Jesucristo, asi se lo ha pe- dido 4 su Padre y asi se lo ha concedido este. (4) (1) Joan. cap. 17. v. 24. (2) 1.% Corint. cap. 2. v. 9. (3) Joann. cap. 14. v. 24. (4) Volo, ut ubi sum ego, et illi sint me- cum, ut videant claritatem meam, quam dedisti mihi.