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—132— un juez inicuo se arroga la arbitrariedad de vida 6 muerte sobre el acusado, Jesus, que ha callado al ser calumniado, empieza & hablar tan pronto como oye el ultraje, que se hace 4 la justicia di- yina, que di 4 los hombres poder para juzgar, pero con la condicion de salvar al inocente y con- denar al culpable. (1) Si, Jesus es el Rey de los Martires y el testi- go fiel y veraz, que da su vida por el honor de su Padre, para animar con su ejemplo 4 sus dis- cipulos 4 no temer los tormentos nila muerte, con que les amenazaren los tiranos, que se empe- tien en sostener el error entre los hombres. jAh! Echémos una mirada sobre nuestra conducta, y temblemos. El] nombre de Dios se vé ultrajado y blasfemado con palabras y obras. {Lo defendemos nosotros? {No segnimos las huellas de un mundo corruptor, suspirando por riquezas, vanidades, y grandezas terrenas, sin hacer caso de las celes- tiales, dando de este modo culto y adoracion 4 nuestra razon orgullosa y 4 Jas pasiones desarre- gladas? Jesus dice que si nos avergonzamos de confesar su nombre en Ja tierra, no se pronuncia- ra el nuestro en el cielo. (2) (1) Joann. cap. 10. v.11. (2) Math. cap, 10v. 83,

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