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—129— x llegaba la hora de su sacrificio, le hizo presente que habia manifestado su nombre a los hombres y lo habia glorificado en la tierra: (1) por lo que le suplicaba tambien que los santificase, para que fuesen ellos una sola cosa entre si por la fé y la caridad, asi como él y su Padre son una sola cosa por esencia. (2) ;Ah! {Cémonos enseiia Jesucris- to cual ha de ser la ocupacion continua del cris" tiano! Si pretendemos ser ensalzados con Jesu” cristo, es necesario que todas nuestras acciones pertenezcan 4 Dios, haciéndolas con el fin de ala- bar su nombre inefable, & lo que estamos obliga- dos, pues no nos pertenecemos a nosotros mismos, sino 4 Dios. (3) Punto secunDo. No es posible conocer 4 Dios debidamente, si no se le ama con todo corazon; y no se le ama en caridad perfecta, si uno nose halla dispuésto 4 dar la vida en defensa de su honra. Asies que Jesucristo cifrd el objeto de su venida al mundo para dar testimonio 4 la ver- dad, (4) defendiéndola contra el padre de la men- tira, que pretendié usurpar los honores divinos y asemejarse al Altisimo. 3Por qué murié Jesu- cristo? Por restablecer en la tierra la honra de su Padre, que los hombres habian desconocido, a Joann cap. 17. v.1. (2) Thid. oap. 17. y. 21. (8), Non estis yestri. Corint. cap. 6. 7.19, (4) Joann. cap. 18, v. 37. ees

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