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—104— dejaron medio muerto. Todos sus hijos participa- ron de esta desgracia, quedando heridos y casi sin vida. ,Quién tendra bastante amor y suficien- tes fuerzas para recoger 4 tanto desgraciado? So- lo Jesus, que determiné andar el mismo camino, donde yacia la humanidad postrada, y lavandola con el vino de su sangre y ungiéndola con el éleo de su misericordia, la cargé sobre sus hombros y la condujo 4 su Iglesia, para que en su sene con- cluyese de restablecerse. jO misericordia infinita! iO hombres afortunados! Ninguno ha dejado de entrar en el seno del Corazon de Jesus, y si al- guno se pierde, se pierde porque no quiere apro- vecharse de su misericordia. — : Punto seGuNDO.—En la vida piablica, que hizo Jesus durante el tiempo de su predicacion, no quiso ser ménos que los demads hombres, humi- llandose 4 ser juzgado y criticado por la muche- dumbre, que oia su palabra y veia sus obras. Y no siempre fué la critica conforme 4 los princi- pios de justiciay equidad, pues lo seguian de cerca hombres de ciencia carnal y de m4ximas munda- nas, que en sus juicios no tenian otra guia, que sus pasiones desarregladas. Unos dicen que se ha levantado entre ellos un gran Profeta: (1) otros, (1) Lue. cap. 7. v. 16, = epee
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