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3 —102— ma sin cesar sus tesoros, quedando siempre indi- viso su poder infinito: la compasion del hombre es cerca de su préjimo: mas la misericordia de Dios es sobre toda carne. (1) jCudnta no sera por tanto la misericordia del Corazon de Jesus, cuya sensibilidad es delicadisi- ma por la naturaleza virginal, de que ha sido for- mado, y perfectisima, por darle vida el alma en quien habita la plenitud de la gracia dada sin me- ‘dida, (2) y euya piedad es infinita, por estar uni- da 4 él la naturaleza divina, que es toda caridad? jAh! En los demas corazones vive una centella _ del inmenso foco de la caridad divina; mas, en el Corazon de Jesus habita el mismo Dios, porque el Verbo divino se hizo carne y vimos su gloria, gloria como corresponde al Unigénito del Padre. (3) Es la misericordia de aquél, que investiga con vista penetrante lo que pasa en las entraiias de la tierra, sin que ninguna criatura esté encu- bierta en su acatamiento: (4) de aquél, que movi- do por su amor infinito, determiné aprender con propia experiencia lo que aflijen al hombre los padecimientos del cuerpo y las amarguras del alma, (5) y reyistiéndose de un cuerpo mortal, deposité en su Corazon toda su misericordia, sien- (1) Eccli, cap. 18. v. 12. (2) Joann. cap. 3. v. 34. See eee y. 14. (4) Hebr. cap. 4. v.13. (5) Ibid. cap. 5. v. 8.