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ao ” rectores, 6 por obedecer 4 nuestros superiores, recordando siempre que en la soberbia tuvo origen toda perdicion. (1) AFECTOS. {Qué soy yo, 6 Dios mio, sino polvo, ceniza, gu- sanos y hediondéz? ,Qué soy, sino un hombre Ile- no de iniquidades y abominaciones? Si pensara en mi miseria, hallaria en ella motivos para humillar- me: mas la mansedumbre de Jesus debia hacer- me bajar hasta la nada. Humilladme, 6 Sefior con vuestra mano poderosa; asi Kemp a guardar vuestra ley. (2) Padre nuestro &c.. como el pried dia. oe Job. cap. 4. v. 14. a Priusquam h ego deli- qui; propterea eloquium tuum ivi. Pc th.