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—s9— puten y tengan por siervos de todos, porque él, siendo el Rey inmortal de los siglos, se hizo el al- timo de los hombres, (1) inclinandose hasta la tierra para lavar los piés de un traidor, humillan- Yose hasta recibir su ésculo aleve, y anonaddn- doxe hasta darle el tratamiento de amigo. (2) F‘jemos por tanto nuestra consideracion en la humi'dad del Corazon de Jesus, para no aventurar nuestia felicidad eterna. Si para ganarnos un bien infinito fué preciso que Jesus se anonadase, no es posible jue alcance la posesion de este bien, quien no se humille 4 su imitacion. j|Ah! Toda la vida de Jesus fué una humillacion continua, con la eval nos conciliaba el amor de su Padre, y nos convidaba & deponer la presuncion, la arro- gancia, elorgullo y la soberbia de la carne y 4 ~ humillarnes bajo la mano poderosa de Dios, re- conociendo que somos polvo, ceniza y nada, y que sin su graca no podemos salir del estado de la culpay ganar el cielo. Comprendamos, pues, que no se va 4 Cristo, sino por Cristo, y que nollega- ra 4 él, sino quien marche por la senda de la hu- mildad. (3) (1) Novissimum virorum. Isai. cap. 53. v. 3.oo er ad quid yenisti? Math. 26.50 (8) Ad ipsam tendit, per sémitam humilitatis incedit. 8. Leo. Serm. 16 de Pasion,
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