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—— DIA NUEVE. Todo se dice como el primer dia hasta la si- guiente MEDITACION. HuMILDAD DEL CoRAZON DE JESUS. Punto primero. Era el orgullo el que preci- pitdara del cielo 4 los angeles, y arrojdra del pa- raiso al hombre, quedando cerrada para siem- pre la entrada de la eterna bienaventuranza 4 los primeros, y siendo el segundo condenado 4 los dolores del tiempo y 4 las penas de la eternidad. Y hubiera sido irremisible el anatema contra la humanidad, 4 no haberse conmovido misericordio- samente las entraiias del Seiior, que no quiso per- mitir que por la malicia de un espiritu quedasen frustrados los designios de amor que tuviera des- de la eternidad respecto del hombre. Porque, ya que éste con altivez habia intentado poseer lo que Dios no le daba, perdiendo por su arrogan- cia lo que graciosamente le habia concedido, tuvo 7