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_—— por cierto , en este pensamiento han perseverado , y aun se han fortificado , pues ha habido pueblos que se han levantado en armas, no queriendo sujetarse a los gobiernos nuevos, como ha sucedido en el Arauco y en otros puntos, y todds han visto en las vejaciones que han sufrido en el nuevo sistema, la dife- rencia inmensa que existe entre un padre del pueblo ¥ un exac- tor implacable. Shs diy te Follow No hay mas que hacer un: éstuia analitico de Jas cosas para conocerlas. El levantamiento de las Américas contra su madre la Espafia tiene dos épocas, la del aiio diez y la que se renové once aios mas tarde. Cuando Hidalgo did el grito de independencia en diezy seis de Setiembre de mil ochocientos diez, fueron muy pocos los hombres de raza espaiiola nacidos en Méjico que tomaron parte en el grito de insurreccion, Hidal- go se dirigié al pueblo indigena, seduciéndole en el mismo pueblo de Dolores , de donde era parroco, aunque suspenso en- ténces , con las talegas de oro que él mismo les arrojaba desde _ los balcones de las casas de los espafioles. Los indios se le-agre- garon en tropel: pero, véase qué espiritu reinaba en Méjico: apénas habia enténces en la Nueva-Espaia una sola compafiia de soldados peninsulares. Las milicias que alli existian, esta- ban compuestas de soldados y oficiales , hijos todos del pais , y ellos solos bastaron para concluir con Hidalgo, con Morelos y otros, habiéndose devidido la suerte de aquel y de sus huestes en la batalla del monte de las Cruces y en uu del puonlg) de Calderon. fe OES) Es decir que el fuego de la aversion a fin adi |no ha- bia prendido en los corazones de los mejicanos por entonces: pero, una vez hecha la primera explosion, ya fué otra ‘cosa- Los predicantes ocultos de la independencia , recorrian iglesias, salones , aldeasy villorrios, insinuando a todos la. necesidad de hacerse nacion libre é independiente. Por otra parte, los ex- tranjeros contribuian eficacisimamente con todos los medios,

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