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— eo ahora lo que afirma este viajero respecto 4 Ja propagacion del. conocimiento de las bellas artes, extendido en los. habitantes de la América sin distincion de clases 6 de razas.. « Reunense, dice, en grandes salas, muy bien iluminadas con lamparas de. Argand, centenares de jévenes,, de los cuales unos dibujan_al yeso 6 al natural, miéntras sus compaferos copian disefios de muebles , candelabros ti otros adornos de bronce. En esta reu— nion, jcosa bien notable en un pais, en que tan inveteradas son las preocupaciones de la nobleza contra las castas ‘! se hallan confundidas las cla es, los coloresy las razas : alli se ve al in- dio 6 mestizo al lado del blanco; a! hijo del pobre artesano, entrando en competencia con los de los principales seiores del pais. Consuela , ciertamente , el observar que, bajo todas las zonas , el cultivo de las ciencias y artes establece una espe- cie de igualdad entre los hombres, y hace que se olviden, alo ménos por algun tiempo, esas miserables pasiones que tantas - trabas ponen a la felicidad social.» Basta esta corla resefia para comprender. en toda su latitua Ja causa del amor entrafable que todas las clases, de los domi- nios espafioles profesaban a sus reyes. Y si fueran a. referirse ‘ .Tenemos que decir , sin ofender la memoria de este sabio , que en nuestro pueblo espanol no ha existido esa preocupacion de la no- bleza contra las castas indigenas, y ni Aun contra la raza africana para ciertos actos. Asi cualquiera que visite la Habana y vaya 4 sus templos , vera que las negras estan mezcladas con las blancas,, y que indistintamente se acercan 4 la sagrada mesa, encontrandose ‘urla simple criada negra junto 4 marquesas y otras seforas ricas y nobles. Esa prevencion es mas propia de la raza anglo-sajona , pues aun en los Estados Unidos , donde se dice que existe la mas. perfecta igual- dad, no se permite la reunion de negros con blancos, no ya en socie- dades de placer , de tertulias 6 de saraos y convites; pero ni en los templos. Solo el catolicismo da una santa igualdad moral 4 los hom- bres. Mr. Humboldt no era catélice: asi es , que atribuye al cultivo de las ciencias y las artes 10 que solo es efecto de la religion verdadera,

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