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co im tan muy poco informados de la historia de Espafia y de sus In- dias , si por tanto, al publicar esos sofismas, pudiera hacérseles elfavor de suponer que hablan de buena fe. Pero no hablan asi, por cierto, otros protestantes ilustrados que han examinado las cosas por sus propios ojos, y han encontrado consignados en los hechos la admirable y sublime politica catélica, de que es- tuvieron dotados nuestros reyes. He aqui lo que dice un pro- testante, reputado por sabio entre propios y extrafios : « Al em- pezar el siglo décimosétimo , el magnifico edificio de la gerar- quia eclesiastica de la América del Sur estaba concluido, pues encontramos ya cinco melrdpolis , veintisiete sufraganeos, cuatrocientos monasterios é innumerables iglesias parroquiales. Catedrales magnificas han sido levantadas: las ciencias teold- gicas son ensefiadas en Méjico, Lima y otras ciudades : las conquistas cedieron el lugar 4 los misioneros, los misioneros dieron entrada 4 la civilizacion : los religiosos que ensefiaron a los indigenas 4 leer y escribir, los adiestraron tambien en plantar, sembrar, segar, en hacer casas, inspirandoles al pro- pio tiempo amor y respeto a sus personas ‘.» Ciertamente, aiia- de otro escritor, «las conquistas hechas en estas regiones por la religion catdlica, la han compensado con superabundancia de las pérdidas que tuvo en el viejo mundo °. _ Digase lo que se quiera, el amor que los subditos tienen a los soberanos es un testimonio publico y auténtico de su go- bierno paternal, y de su politica sana y conforme con la ley de Dios; porque ese afecto sale del corazon, y es cierto 6 indu- dable que es espontaneo: pues se impone #! dominio, se impo- nen Jas leyes, pero el amor no se impone, sino que se engen- dra en el alma y se manifiesta en las obras. Y por cierto, el amor a los reyes por parte de los pueblos de la América, es tan anliguo como los dias de su pss ioserigas contrayéndonos * Rangit, lib. VIL. cap. W. * Lorp Macautay, Ensayo de la historia de los Papas por Ranké.