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Te los sabios y doctores , excepto algunos que é! compra con dadi- vas y dinero , siendo asi que no era la razon, a la pasion Iujiiriosa , lo que Ie persuadia de la nulidad. ©" Pero poco: ‘tiempo despues, aparecen las otras dos , sine, hija de Catalina ; que restaura los dafios que hizo su padre 4 la religion ; Maria, que reune el parlamento ‘yredoncilia a Th- glaterra con ta Iglesia; Maria, qué’ canta un’ himio de ‘victo- ria, dando gracias al cielo por haberla concedido este favor tan sefialado, pero que, poco tiempo ‘despues pasa a cantarlo eter- naménte én él cielé , dejando a Isabel , 4 la hija de Ana Bole- na ef reino de'st padré, en cuyo trono sé siehta de nuevo el cisma , ¥ ‘en ctiyos dominios empieza 4 correr de nuevo fa sangte de los martires, hasta que se cree que n6 ha eee en todo éf uni solo catdlied. Poco importa para nuestro objeto el saber la vida y costam- bres dé estas cuatro mugeres y la de sus respectivos ascendien- tes, pero importa macho el exdminar la grande siguificacion qué tienen con relacion a ta politica. Son dos grapos distinitos de personas, pero cada uno de éllos tiene’ sus ideas, ideas que se rechazan mittuamente. Enrique, ‘Ana Bolena 6 Isabel’ ri puedén estar dontle estén Fernando de Aragon ,Isabel de'Cas- tilla , Sw hija Catalina’ y ‘su nieta Maria ; aquellos representan la politica impia, satrilega, despdtica, de libertad y de licen- cia, y el cesarismo pagano, el heretical , el filoséfico y el racio- nalista; estos, al contrario, representan la’ politica racional; verdadera, religiosa y catdlica , yla dighidad cesdrea’, que sé engtandece dando & Dios to que es de'Dios,'y Findiendo home- nage de siimision 4 la hte — fandé Jesueristo iY = Vie: rio ‘que tiene en 1a tierra. Una ojeaila rapida sobre fas doctrinas que wricteers el’ pa- dre de Isabel de Inglaterra’, para consumaf aque! tejido de’ los hechos criminales que le han dado tan triste celebridad , basta para demostrar lo que decitos: Nos cirownseribimos al padre,