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mir Par torcha de los principios inmutables en una mano, y con-la re- lacion veridiea de los heches en la otra, no temerémas4 los de- tractores de la verdad, ni muche ménos yacilarémos , al deci dir cuales la verdadera politica, y cual la que hace a los rayes inculpables @ irresponsables delante de Dios por los desmanes del pueblo, y cualla. que proporciona a estos mayor paz y feli- cidad. Pero entre tanto, antes de principiar el examen de lo que ha dado de si la politica catdlica de nuestros: reyes, para poner enfrente de ella el cuadro que formemos de los _resulla- dos de Ja politica protestante , queremos repetir de nuevo que, atendido.el 6rden metafisieo de las cosas, la politica no puede separarse de la religion 6 de los principios elernos de verdad y de justicia impresos en la razon humana. Pero tambien diré- mos queen Ja practica existe mayor 6 menor alejamiento de esos principios , lo que hace que la politica se vuelva impia, irreligiosa , y a las veces irracional, barbara, salvage y aun ferina. Y {qué significa esto? Esto significa que la fuerza moral directiva del érden social, ba de tener un origen superior al hombre , un principio superior 4 la simple razon humana; por- que ésla no tiene por si misma fuerza ni poder para imponer a las demas razones individuales. Si el principe impone sus preceptos 4 sus stbditos y éstos le obedecen sin violencia , es porque existen en sus mentes los mismos principios de verdad eterna; pues la lumbre del divino rostro, tanto esta impresa en la mente del primero como en la de los segundos. Todo esto es superior , pero infinitamente superior al hombre , como que le ha venido de Dios : y por grandes esfuerzos que se quieran ha- cer , ni el que manda y gobierna, ni los que son gobernados pueden desechar de si estos principios , ni borrar ese sello que Dios mismo ha impreso en la espirilualidad de su alma. Mas, cuando con una tenacidad satanica se empefia un go- bernante en ir contra todos esos principios , que resulta? Resul-