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a ie des, nada nos quedaria de la Trinidad, nada de Cristo ; nada de la Iglesia que fundé, pues lo han mutilado, corrompido 6 negado todo. Todos esos dogmas estan en pié y conservan su misma integridad y purezaa pesar de las corrupciones hereti- cales, porque no depende de ellos su conservacion , sino de la palabra-de! que dijo que era él el camino, la verdad y la vida, y que jamas las puertas del infierno prevalecerian contra su Iglesia y su piedra angular visible, 4 quien ew el eer silo y la ensefianza de esos dogmas.) » Pero hay que decir algo mas, cuando se trata tow ‘corrup- cion 6 de lanegacion de los segundos dogmas, que estan im- presos:en nuestras almas por medio de aquella luz que Dios nos da, y es un reflejo de la misma razon divina. Santo Tomas llama a esos dogmas impresos en nuestra alma, preambulos para llegar al conocimiento de la fe revelada por los medios que Jesucristo ha establecido , que son el magisterio de la Igle- sia y la entrada en ella por medio del bautismo. Para destruir esos dogmas, era preciso no solo destruir las santas Escrituras, sino. ademas destruir el linage humano, aniquilar las luces de la razon natural, y borrar las nociones del sentido comun ; bien pudiera. suceder que la corrupcion de los hombres fuese tan extrema, que se olvidasen de esos dogmas y de los principios elernos de justicia impresos en el alma: pero esa corruption ? no habia de ser tan universal que pervirtiese 4 todos los hom~ bres, pues en la mas universal de que nos habla la historia del mundo, se present6*Noé con su in protestando contra ella. ¥ en el paganismo antiguo tenemos una prueba evidente de esta verdad: pues todos sus filésofos ensefiaban el dogma de dar culto a Dios , aunque en vez de darselo 4 él, se Jo diesen 4 los idolos; todos ensefaban que habia Dios, aunque conociendo su unidad con las luces de la razon, la echasen en olvido arras- trados por las pasiones corrompidas.de la carne, como nos lo Tomo It. 3

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