BCCPAM000539-2-03000000000000

=: 8 inexpugnables contra la heregia, que esas Corporaciones son tropas auxiliares para la Iglesia; pues ellas ayudaron a los Obispos en la instruccion de sus respectivos rebaios, y sus alumnos fueron les primeros que penelraron en tas regiones in- hospilalarias de los barbaros, amansaron 4 los salvages y con- virtieron ‘a la fe 4 tes indies de Oriente y Occidente, y han mantenido en los pueblos por medio de la ensefanza, por la predicaciony por su ejemplo ja fe pura acompafada de las obras. Por consiguiente , al excitar contra ellos 4 tas turbas por medio de calumnias groseras , estas los asesinaban y los arras- trabah como 4 hombres que las eausaban males fisicos, pero los que fas incitaban al degtiello saerilego intentaban que mu- riesen, porque su presencia era un obstaculo para plantear sus sistemas revolucionaries , y un valladar que no les permitia franqueat el horizonte de la religion , para afearla con sus erro- res. La muerte de estos hombres fué, y es hoy dia, en odio de Cristo, y por consiguiente esta muerte es justamente calificada de martirio. ¥ el mismo caracter tiene el destierro de les pre- lados de sus sillas, como sueedié en épocas no lejanas.con los Cienfuegos de Sevilla, con los Velez de Santiago, cén los La~ bordes de Palencia, y con Jamayor parte de los obispos de Espaiia, que, huyendo de perseeuciones inicuas paliadas con el'velo dela politica, luvieron que emigrara Francia y a llalia. _ Esta -es Ja verdad de los hechos : estees lo que hay en'ese martirio continuo & que han condenado la mayor parte de los gobiernos de nuestra épocaa los dignisimos hijos de San Igna- cio: estaies la verdad del injustisimo deereto que ha dado el emperador de Alemania , proscribiendon todo su imperio la Compaiiia de Jesus, prohibiendo a los sacerdotes del institulo que ‘celebren un solo acto de su ministerio, y confiscando sas hbienes, y expwlsande de su territorio 4 los que sean extranje- ros. Ni el objeto, ni el medio, ni el fin de ese ostracismo es mas que el odio que se tiene a Gristo. Y estos una consecuen-