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= 6 5 ai Pe a ee gC — 4 Bhie se conducen los pueblos contra enemigos de esa egpecie? La Francia nos did ejemplo de esto en la funcion sanguinaria Ila- mada /a de San Bartolomé. ; Honor pues a cada uno! Ni con judios ni con moros tuvo. — “ maa una funcion como la de San Bartolomé. | Pero sobre este nteiinnitahcs ainguno. nos ha dado ejemplo mas practico que los hombres de dos naciones, que nunca se han ~ profesado amistad franca y sincera. Es seguro que desde Pas de Calais en las costas de Francia 4 Dower en las de Inglaterra, hay seis i ocho veces mas distancia, que la que separa 4 Tan- ger de Tarifa. Véase cuantos siglos ha durado la guerra entre esas dos naciones, y examinese cual fué la causa de ellas, y con eso solo esta resuella la cuestion sobre lo sabio, lo acertado y lo prudentisimo que fué lo determinado por los reyes de Espa- fia, tocante a Ja expulsion de los moriseos, y a la de los judios, que la precedié, La posesion dela Normandia y de todo el li- loral de Francia hasta la ciudad de Bayona por parte de tos in- gleses convertia al resto\de Erancia en un pais tributario de Inglaterra, la cual formaba ejércitos en su casa, para ponerlos en pocas horas en el suelo de la nacion que queria dominar. La Francia hizo muy bien, y fué muy sabia en obligar & fuerza de batallas al inglés, a que se encerrase en su isla, no permi- liendo que quedase dentro de su litoral por entonces, no deci- mos una colonia, pero ni un hijo solo del Albion. Hay, pues, razon para injuriar 4 Espafia porque echo de su suelo al afri- cano arrojandolo a su Africa? Seguramente, dista mucho mas un espaol de un islamila, que un francés deun inglés. Hombres de poco juicio y de ménos discrecion son los que atribuyen a eso la decadencia de la agricultura en Espaia, pues no examinan las cosas con todo el rigor de una critica justa 6 imparcial. No es la expulsion de los moriscos, sino el Nuevo Mundo, lo que quité a Espaiia sus brazos , como lo veré- mos despues. E] pelicano, que da su propia sangre a sus pollue-