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ae == tuviese su pueblo escogido, cuando le mandaba que no se aso- ciase con los incircuncisos , ni les diese sus hijas en matrimonio, ni permitiese que sus hijos tomasen para mujeres a las hijas de los idélatras, porque sabia que los habian de corromper! *. jDi- choso fanatismo prescrito por el Apdstol San Pablo , cuando dice que no se coma ni se tenga trato con los hereges *:"y por el dis- cipulo amado que ensefia, que ni atin se les diga la salutacion de costumbre! *. . Los reyes de Espaiia se habian conducido con los judios con una politica suave, aunque enérgica y persuasiva en las rvsoluciones que tomaron respectoa su falsa religion. Lo pri- mero que proeuraron los reyes godos, ya catdlicos, fué su conversion. Mas habiendo el rey Recaredo publicado algunas leyes que los apremiaban, al momento asomé su cabeza la perfidia judaica, ofreciendo al monarca una suma muy creci- da de oro , para que revocase los edictos; aunque él , como dice San Gregorio Magno *, prefirié la causa de Dios 4 su propia ulilidad. Constantemente estuvieron exigiendo lo mismo Sise- buto y sus sucesores , sin poder conseguir de ellos que se con- virtiesen 4 la fe con sinceridad. Verdad es que el mismo rey no empleé los medios adecuados , y aun eché mano de los pro- hibidos por la religion, obligando a los judios a que bajo pena de muerte se bautizasen: pero tambien lo es, que los mismos judios daban motivos para esas medidas, pues se sabia que estaban en relaciones secretas con los africanos , para entregar- les el reino, como aparece por las actas del concilio xvu d Toledo. ; Tal era la conducta de los judios en Espafia antes de la en- trada en ella de los africanos: miéntras éstos la dominaron, vivieron a sus anchuras, recibiendo proteccion de aquellos en +. Deut. COD, Vil; We Bi Se Be Ss 100. Ve AD, 2 4. Cor. cap. V. v. 44. ‘ Epist. I. ad Recared. . 9 Tomo n.