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~t— ; San Dominguito, robado y martirizado como el primero. Y ade- mas, en tiempo mismo de la reina Isabel, los judios habian profanado la iglesia metropolitana de la dicha ciudad, acome- tiendo con espadas_y puiiales al santo sacerdote D. Pedro Ar- bués, candnigo de la misma, acribillandole 4 puialadas), de las cuales murié «dos dias despues. Todos estos hechos eran pi- blicos y universalmente conocidos. Y zsaben acaso los detractores de la politica: de los Reyes Catdlicos lo que ademas hacian en toda. Espaiia los judios? Profanar los sacramentos , fingiéndose eristianos, confesan- dose, recibiendo la santa comunion, que luego hollaban, 6 Ja tirabana un lodazal,6 la arrojaban en hornos encen- didos, como lo atestiguan las santas formas que se vene- ran en el Escorial, en Alcala y en otras partes, acompa- fadas de documentos auténticos que atestiguan esta ver- dad: profanar, repetimos, los sacramentos, pues hubo ju- dio tan sagaz que vislié de clérigo desde su juventud, cursé los estudios eclesiasticos, y sin estar bautizado y si circunci- dado, recibid todas las 6rdenes menores y mayores; y conli- nud engafhando de tal manera con su aspecto, sus modales, sus palabras y su predicacion, que llegd a ser presentado para obispo de una de las principales didcesis de Espafia: pero en- ténces fué cuando le tocé Dios el corazon, pues fué a Roma bajo el pontificado de Alejandro VI. y arrodillado ante e! Santo Padre en los pérticos del Vaticano, abjuré el judaismo é hizo penitencia de sus prolongadas hipocresias. ‘ Mucho mas pudiéramos agregar sobre la conducta en ge- neral de los judios en Espafia; pero baste saber que miraban estos con aversion alos cristianos, y que fraternizaban de- masiado.con los mahometanos : y si se agrega 4 esto que, de- dicados siempre al trafice, sin reparar mucho ni poco: en los medios de amontonar ore, poseian grandes riquezas, con las cuales, ligandose con los moros, podian poner en-peligro la in-