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— 195 — acre y mas violento despues que, cometido el deicidio, se vid humillado, despreciado y pisoteado por todos. Asi es que el mismo San Cirilo de Alejandria se vid precisado a arrojarlos de esta ciudad, donde habian estado establecidos desde que la fundé Alejandro Magno, pues a cada momento incendiaban las glesias y mataban a los crislianos; y cuando no podian hacer lo primero , gritaban a fuego en la iglesia por la noche, para matar a los cristianos que acudian a ee como sucedi¢ en tiempo del mismo San Cirilo *. Ademas, {quién ignora lo que han cable ion setae euan- do han podido lograr tener siquiera un simulacro de poder? En el afio del Sefior de $22 nos did una muestra de la ferocidad judaica contra Jos cristianos , el titulado rey de la Arabia Feliz, José Dunaan: apoderdse de los pueblos llamados homeritas, y quemoa cuantos cristianos encontré que no quisieron volverse judios; y cuando por medio de perfidias tomé la ciudad de Nagran, que era toda de cristianos, mandé encender grandes hogueras, donde arrojé a todos los presbiteros , & los mon- ges, a las religiosas, al gobernador Aretas y 4 una infinidad de pueblo; reservandose los jévenes: ye venderlos como es- clavos. La benignidad de las leyes teodosianas para con esa raza de analema, la suavidad con que mandé San Gregorio Magno que se les tratara, no podian nada sobre los corazones duros é in- circuncisos de los judios. Era el principio del siglo sétimo, cuando el imperio de Constantinopla tenia guerra con los per- sas, y enlonces mismo los judios compraban miles de cristia- nos esclavos, con el pérfido designio de matarlos. En cualquier parte que se hallasen donde hubiese gentiles 6 moros, el judio no pensaba mas que en incilar a estos contra los adoradores de Cristo *. , * Socrat. lib, VIL. cap. XIIL . -*) Baron, ad ann, 609, 614.