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— 149. clase media, que no lleve vestido de tela extranjera, cintas y cintajos extranjeros, velos extranjeros, botines extranjeros y todo extranjero, y ningua hombre que no quiera ir vestido de paiio de Sedan. Y es esto tan cierto, que nuestros fabricantes de sedas.y de-otras telas de Valencia y Barcelona, tienen que poner a menudo en el expendio de sus géneros facturas de Pa- ris, de Lyon y de otros puntos extranjeros para poder vender. Y he ahi arruinada toda nuestra industria. Digamos ahora pues , de qué politica viene la decadencia de Espaiia, si de la catélica 6 de la protestantizada. La historia nos lo dice: la Espaiia fué grande, poderosa, opulenta, temible y gloriosa; fué madre de mil santos, de mil sabios, ile miles de héroes, miéntras sus reyes conservaron la politica caldlica que los Papas la ensefiaban: pero esta misma Espaiia decaydé de su grandeza, vid marchitarse sus laureles, oscurecerse sus glorias, bajar sus riquezas y, aminorarse su poder, desde que la poli- lica anticaldlica penetré en los consejos de los reyes, desde que, por haber halagado a las instiluciones anticristianas, de libertad y de impiedad, se han aclimatado estas entre nosotros. aiid 76% dap No negamos que los talentos no se han acabado; pues, aun en medio de nuestras ruinas, hemos lenido hombres eminentes en todos los ramos; ha habidosabios, como Benilo Feijdo , Enri- que Flores, Pablo Olavide , el cardenal lnguanzo , el arzobispo Velez, Donoso Cortés , y el gran Balmes, bastante 6! solo para enaltecer 4 una nacion; marinos, como los Gravinas , los Ghur- rucas, los Alcala Galianos y los Mendez Nuiiez: poelas, como los dos Moratin, los Iriartes , los Samaniegos, los Cervinos, los Zorrillas, los Melendez, los Carvajales: artistas, como Goya y Velazquez, y generales y estratégicos de renombre, como los Cuestas, los Alavas, los Sardsfiel, los Zumalacarreguis, los Cabreras y otros. iqgpate ¢! Pero si Espaiia conserva esa prerogativa de ser siempre 4
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