BCCPAM000539-2-03000000000000

— 417— pafia eran enemigos de los monarcas y la amenaza constante contra el Estado, hicieron con los mouarcas de aquel tiempo lo que estan haciendo en estos dias los demécratas radicales de Suiza, y el canciller de Prusia, protestante hasta la medula de sus huesos, y encaprichado en formar unimperio sobre las ruinas del catolicismo. Auguramos a éste lo que sucedidé a los perse- guidores, y lo que nos ha sucedido en Espaia por haber adop- tado, desde hace no pocos afios, una politica anticatolica. Pero aquellos hombres protestantizados, que vieron !o que no habia. en los que eran por su vida y sus ocupacion@ los mantenedores de la fe, los propagadores de la ilustracion verdadera y los civilizadores de los indios por su predicacion y sus sudores, afin a costa de su. propia vida, no vieron lo que era el protes-. tantismo ; pues, al favorecer la independencia de los norteame- ricanos, no pensaron que criaban cueryos, ni que echaban lefia al fuego de las iras de la orgullosa Albion, La época en que se habian de recoger los frutos de tan garrafal imprevision, no se dejo esperar mucho tiempo: la Inglaterra supo inocular sus doctrinas revolucionarias en las capacidades de la Améri- ca espaiiola ; y cuando se dio en ellas el grilo de independen- cia, Supo manejarse con. destreza para enviar armas, naves y recursos, y los Estados Unidos protegieron con sus piraterias el alzamiento de: hijos bastardeados, levanta Jos“ ivicuamente contra la madre que los educé con carifio, y los colmé de to- dos los favores de Ja civilizagion. He ahi, pues, el principio de nuestra dociitnacle sanciona-. do por los ministros del gran monarca de las Espafias. Ellos abrieron la puerta a la politica anticalélica, y detras de esta fueron entrando poco a poco las doctrinas dela carboneria y masoneria : cuando la Espaiia quiso volver en si, era ya tarde por hallarse enredada en. sus propios lazos. Marcharon ejércilos al Pert’ y a Méjico, los cuales iban a sostener el principio de auloridad, vy segun la intencion del rey, a defender sus dere-