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— 146— Fab ee IL. Los hijos espiireos de la nacion catélica, Triste es en la historia la union triunviral que se vid en Europa, despues de promediado ya el siglo décimoctavo, en- tre tres gobiernos que jamas habian sido amigos sinceros , an- tes bien se habian mirado siempre con recelo, con suspicacia y hasta con aversion. Tres hombres que se hicieron, muy de- predatoriamente por cierto, la personificacion de tres monar- cas , que no pensaban como ellos, formaron ese gran triunvira- to maquiavélico, que daria los mas tristes resultados a esos mismos monarcas 4 quienes engafiaban, 4 sus sucesores y 4 sus naciones respectivas. Estos hombres fueron el duque de nueva creacion Duchoiseul, el conde de Aranda yel célebre Pombal de Portugal, cuya politica mas fué protestante que catélica. ‘ Ellos fueron los que pusieron al Vicario de Cristo en la dura alternativa, 6 de abolir la corporacion esclarecida funda- da por San Ignacio de Loyola, 6 de exponerse 4 las consecuen- cias de una guerra que se declararia contra su poder temporal. ; Hombres obcecados! Ellos no sabian el triste porvenir, que con este proceder tan temerario preparaban para la Europa. j Ay! Los afios pasan pronto: mas la semilla mala no pasa pron- to, sino que se arraiga y da frutos, afio por afio. Despues de esta politica anticatélica tenia que venir la del filésofo ‘ineré- dulo é indiferente; despues vendria la del carbonario, la del fracmason, y la del revolucionario, y todo ello vino, y fué echando raices en Espafia para su propia ruina. Los hombres que suplantaron al gran monarca, pintandole a su modo lo que eran, y lo que no eran, los hijos de Ignacio de Loyola: los ministros que, contra el dictamen ‘de la razon catélica, se empefiaron en afirmar que los alumnos de la Com- ss
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