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eo do la Espafia era sefiora de medio mundo, seguian sus reyes los dictamenes de la politica catélica , que los Papas habian en- sefiado a todos los soberanos , miéntras que en estos tiempos , no solo se ha echado en olvido aquella politica fundada en justi- cia, y protectora de la religion, de la Iglesia y de sus pasto- res y ministros , sino que se la hace una guerra sin tregua por los mismos hombres que por propia autoridad revolucionaria, han asumido el manejo de los negocios publicos. Como por la mano nos conduce esta ultima frase a hablar de la decadencia de nuestra Espafia, diciendo desde ahora 4 los protestantes, que son ellos la causa mas directa y mas influyen- te de la postracion que ha llegado el gran pueblo, que Roma con sus legiones no pudo conquislar sino despues de combates de tres siglos : y afirmando ademas que, precisamente desde que la Espafia empezd a abandonar el camino que los Papas la seflalaban y la politica catélica, por haber dado oidos a hom- bres protestantizadosy 4 fildsofos incrédulos , empezé tambien esa decadencia espantosa-en lo moral y en lo herdico del pueblo espafiol, y la ruina de las artes , de las manufacturas, y hasta de la agricultura, y la desaparicion de nuestra dominacion le- gitima en las islas y continentes del Nuevo Mundo. Reservamos el tratar sobre esta materia con amplitud en el siguiente razonamiento: pero no queremos pasar a él, sin de- cir algo mas sobre lo que estamos examinando, es decir, so- bre lo grande y gloriosa que fué la Espafia, cuando sus monar- cas se mostraron hijos devotos y sumisos de la Santa Sede, para promover el lustre de la religion y el decoro del sacerdocio , lo que sera una especie de corolario del presente razonamiento. Es una verdad revelada, que toda potestad viene de Dios‘ por consiguiente, no pueden darse dos polestades que sean enemigas entre si, porque una y otra vienen de Dies que nada ' Rom. cap, XII, v, 4.

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