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66 Exercicios ESPIRITUALES lastimosamente desempeñamos las obligaciones de nuestro estado sacerdotal. CONSIDERACION SEGUNDA SOBRE ELTFIN DEL SACERDOTE. Considera , alma' mia, para qué entraste y per- severas en el estado sacerdotal. Dios por una gracia singular, que nunca agradeceré bastantemente 5. 88 ha dignado llamarme al santuario: ha querido po= nerme en el número de sus amigos y favorecidos que estan mas cerca de él, y con quienes tiene mas fre- qiientes y abundantes comunicaciones. ¿Pero para qué me ha"puesto el Señor en su templo , y 4 qué fin me ha plantado en los atrios de su santa casa? ¿Es acaso para que en ellos viva ocioso y divertido? ¿Pa- ra enriquécerme con sus tesoros, para grangearme estimaciones , Ó acomodar á mis parientes? ¿Es este el fin: del estado sacerdotal? ¡Ay de mí! Nada de esto €s el fin del Sacerdote. Dios no me ha llamado con tan santa y particular vocación , sino para que yo sea santo. Como ministro de Dios, como ángel de Dios, como dispensador de los'misterios de Dios; JO debo ser santo: Sacerdotes qui' accedunt: dd Doz= minumy sanctificentur. El Señor que me ha elegido es santo, y claramente me manda que yo lo seas Sanez
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