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58 Exercicios EspiriTUÁLts. immo Dominum altaris pro nibilo ducunt! Sí estas tris- tes verdades dicen conformidad con nuestra vida, no extrañemos lar horrible persecucion que experimen- tamos. Nosotros la hemos provocado con nuestros desórdenes. Vivamos con una perfeccion digna de nuestra dignidad sacerdotal, y yo aseguro que volve- rán á respetarla. aun aquellos mismos que mas la desprecian en el dia. ¿Pero quál es esta perfeccion que de nosotros pide nuestro estado sacerdotal? Es- ta es cabalmente la materia de la Plática de esta tarde. Ahora pidamos perdon á Dios nuestro Señor de. todos ¡nuestros defectos : imploremos su divina misericordia; y puestos de rodillas digamos pene- trados de contricion : Miserere mei Deus secundium magnam misericordiam tuam.