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Dia QUINTO, 341 cesarán un punto de atormentarle : el fuego obrará siempre con la misma fuerza y actividad , y la mano invisible de Dios siempre conservará la misma omni- potencia para oprimir al infeliz condenado que siem- pre arderá, siempre penará, siempre y en todo tiem- po se desesperará. ¡O mano poderosísima del Omni- potente! ¡O qué horrenda cosa es caer en las manos de Dios vivo , y enojado contra el pecador! Lleno de pavor y espanto, horrorizado y confu- so con la multitud de mis pecados, que han mereci= do mil veces el infierno, me arrojo á vuestros pies, a]- tísimo Criador y Redentor de mi alma. ¿ Es posible, bien mio, que os ofendí? ¿Que os menosprecié? ¿Que os abandoné por una vanidad y una nada? ¿Es posi= ble que me precipité en el abismo 4 pesar de vuestras voces , de vuestros llamamientos y santas inspiracio- nes? ¿Que me abracé con una eternidad de tormentos? ¡Ó pecados! ¡O culpas! ¡Quién jamas os hubiera co= metido! ¡Quién pudiera, Dios mio, á un mismo tiem. po satisfacer á vuestra justicia , £Sperar en vuestra misericordia, y amar vuestra bondad! ¡Ay de mí por toda una eternidad si menosprecio estos preciosos ins- tantes que me concedeis! ¡Estos momentos en que tan favorablemente me llamais , ME MOVeis y me convi- dais con vuestra amistad! Ea pues, alma mia, vida nue- va: Et dixi: nunc cepi ,bec mutatio dextera Excelsis