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Dia TERCERO. - 219 y temblor como los demonios , sino con una frial- dad, con una insensibilidad que demuestran la incre- dulidad mas verdadera. Los demonios creen y tiem- blan, los Sacerdotes malos ni se espantan ni tiem- blan, aun quando sacrílegamente profanan el cuerpo y sangre del Señor. ¿Quiénes tienemmayor fe? ¿Po- dreis ya decir que me excedí en la pregunta? ¡O Dios inmortal y eterno! ¡Vos solo sabeis si el ateismo práctico-se encuentra entre los ministros del culto, que celebran sin las debidas disposiciones! ¡Vos solo sabeis hasta que abismo de males se precipita un Sa- cerdote que celebra sin una fe viva! ._4dauge nobis fidem. Aumentadnos la fe acompañada del temor san- to para que dignamente nos acerquemos al altar, No tratamos por la estrechez del tiempo de ex- plicar todas las diferencias de temor que trae Santo Tomas (1), y de que podria ventilarse si pueden ser, Ó son realmente disposiciones para acercarnos al “altar. No, mis venerables señores, no vamos á tratar del temor natural, ni del temor servil , ni del temor inicial. El temor filial solamente debe llevar- nos ahora la atencion. Aquel temor , que como dice el mismo Angélico maestro , está acompañado del amor : aquella pena que el alma siente de perder á (1) Tom. 1. Opuscul. de modo confitendi.
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