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200 Exercicios EspIRITUALES. vorosos de las virtudes, ¡qué armas estas tan podero- sas contra el demonio! Quid adstas cruenta bestia, nibil inme funeste reperies. Apártate maldito enemi.- go. queno tienes derecho alguno sobre mí, dirá un Sacerdote justo. Yo soy todo para Dios, y Dios es todo para mí. Jesus.es mi amado, Jesus mi descanso, Jesus mi gloría , y en sus manos queda seguro mi es- píritu por toda la eternidad. ¡O bienaventurada muerte! ¡O dulce sueño ! ¡O felicísimo descanso! ¡O qué bien lo pasan en la muer- te los que temen y aman á Dios! ¡O bienaventura- dos los que descansan en Dios! ¡O si mi alma mu- riera con la muerte de los justos! Pero ¡ay! ¿cómo he de morir bien , si no vivo bien? ¿De qué me sirve desear la muerte de los justos, si no los imito en la vida ? ¿Qué es , Dios mio, lo que me detiene para que yo no haga lo que ellos, y lo que yo quisiera haber hecho en la hora de mi muerte? Esta se acer- ca , mis dias se acaban, ya solo me resta el sepul- cro. Este será en breve mi habitacion y en él me re- solveré en polvo. ¿Y soy soberbio? ¿Y vivo deshones- to? ¿Y sirvo al mundo y 4 mis pasiones? ¡Ah, Dios mio! ¿hasta quándo ha de durar mi locura ? Desde ahora , Señor, he de ser otro. Vuestra gracia me lla- ma, yo me resuelvo: Et dixi, nunc ceepi : bec muta- tio dexter Excelsi.