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142 Exercicios EspPIRITUALES. ciones durables y habituales hácia:el pecádo. Si ta» les han sido nuestros defectos , humillémonos: baxo la poderosa mano del Señor, vivamos con temor:y tem- blor conociendo que llevamos en nosotros mismos una indignidad que segun las primitivas reglas de la Igle- sia debia excluirnos del Sacerdocio , y que hace de- masiado esta santa madre en admitirnos; porque ..no trata ya de escoger entre los mas santos, sino entre los menos indignos. Procuremos con este provechoso reconocimiento revestirnos de un zelo ardiente por la santificacion delos pueblos, y de un tierno amor 4 la Iglesia, para que estas santas disposiciones reetn- «placen lo que.ella exigia en otro tiempo de nosotros, -y la hagan concebir esperanzas bien fundadas de que nuestro arrepentimiento por aquellas faltas pasadas, la será mas ventajoso que la inocencia queen otro tiempo pedia. Pero si por desgracia vuestras faltas son de aque- Mas caidas que engendran hábito : si son de. aquellas «muertes iñyeteradas en que los Lázaros corrompidos exhalan infección y hedor insufrible: en que la dura- cion del desórden ha borrado del alma no solo su pri- mera blancura, sino hasta las ideas de pudor y decen- cia que podian quedarle: en que el hábito del vicio ha engendrado un disgusto para las cosas del cielo,y una fragilidad vergonzosa en órden al pecado, que casi no