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DiA SEGUNDO. 129 EXÁMEN PRÁCTICO SOBRE EL REZO DEL OFICIO DIVINO. Perseveremos con el santo Job en clamar al Padre de las misericordias que nos ilumine para conocer nuestros pecados: Quantas babeo iniquitates et. pecca- ta, scelera mea et delicta ostende mibi (1). Pidámosle que nos manifieste los defectos que hubiésemos come- tido contra la gravísima obligacion que tenemos de alabarle con las horas canónicas instituidas por la Iglesia. ¡Ay! Temamos , señores mios, aquella justa: reprehension del Señor: Populus bic labiis me hono= rat, cor autem ejus longe est a me (2). Temamos, hermanos mios , que haya sido en pecado nuestra oracion, y que en vez de aplacar su indignacion con- tra los hombres, la hayamos irritado más con núes- tras irrevereneias y descuidos. Exáminémonos con figor, y preparémonos para el tremendo tribunal. Consideremos con atencion cómo hemos desempeña- do esta obligacion. ¿Levantamos el corazon á Dios pidiéndole auxt- lios para alabarle dignamente ? ¿O somos como los hombres que tientan á Dios ?... ¿Preparamos nuestra alma ántes de empezar la oracióon?... ¿Decimos siquie- (1) "Job cap: 13. y: 25. (2) Matth. cap. 15. v. 8. R 2