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100 Exercicios EspPIRITUALES. deformidad , levanta , alma mia , tus ojos al monte Calvario, y mira á todo un Dios eterno, inmutable, soberano: y omnipotente muriendo en una Cruz por destruirle. ¡O espectáculo asombroso 4 los mismos ángeles! ¡Un Dios desnudo, azotado, abofeteado, escarnecido, blasfemado, y hecho la risa y el opro- brio de las gentes! ¡Un Dios crucificado sobre un ma= dero entre dos ladrones! ¡Un Dios reputado por ini- quo! ¡Qué prodigios son estos tan incomprehensibles! ¡Qué excesos tan admirables! Sin embargo , alma mia, la infinita sabiduría de Dios ha juzgado convenientes todos estos- excesos de su amor para destruir el pecado, para arruinar el pecado. No ha sido necesario menos que toda la san- gre de un Dios para restaurar una alma; y con ha= berle costado esta alma toda la sangre, la vida y la honra, la condena á eternas penas por sola una cul- pa mortal. ¿Comprehendes ahora la enormidad del pecado , la infinita malicia del pecado? ¡Ay! ¿Cómo es posible que tú, ó Sacerdote de Dios, lo conozcas, y peques? ¿Cómo es posible que peques, y no mueras de dolor? ¿Tú, amado de Dios, elegido de Dios, co- locado en la santa casa de Dios: tú, que con él dul= ces capiebas cibos? ¿Tú, que te sentabas Á su mesa, comias un mismo manjar, te alimentabas de su mismo cuerpo y sangre? ¿Tú habias de haber pecado? ¿Tú