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DIA SEGUNDO. 97 dado para obrar el bien, y el mal empleo que de él hacemos. ¿Quánto se escandalizarian los seglares si vieran servirse en los convites profanos de los sa= grados vasos del templo? ¿Quánto extrañarian los Sacerdotes el que un primer ministro de estado, encargado de los negocios mas importantes de la monarquía, ocupase el tiempo en fruslerías y pue- rilidades? ¡Ay! ¿Será por ventura menos reprehen= sible un Sacerdote, un vaso vivo del templo de Dios eterno , un primer ministro del Rey inmor=- tal de los siglos, será menos reprehensible si pier- de el tiempo, que Dios le concede, en negocios age- nos del carácter sacerdotal? ¿Podrá decírsele lo que Jethró á su yerno Moysés: Non bonam rem facis : stulto labore consumeris.. Esto in bis que ad Deum pertinent (1)? Dexa , Moysés , los vanos trabajos en que te ocupas, y atiende á las cosas que pertenecen á Dios. ¿Podrá decirse esto con mas razon á los Sacerdotes de nuestros tiempos? Sinj duda alguna. Pues exámínate, ó ministro de Jesucbristo, ¿cómo empleas el tiempo?... ¿Quáles son tus ocupaciones?... ¿Empleas el tiempo en vi- sitar el Santísimo Sacramento?... ¿en obras de pie- dad christiana?... ¿en consolar afligidos y atribu- (1) Exod. cap. xvi. y. 17. 8cc. N 2
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