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DIA PRIMERO. g1I ¿Se salvarán los que en vez de formarse un tesoro en el cielo con las limosnas que hacen á Jesuchristo en sus pobres, los dexan sin socorro, y guardan con ava- rientas entrañas sus caudales, hasta que en su muerte infeliz y pésima se descubren aquellos dineros de ini- quidad para eterna confusion de quienes los poseian? ¿Se salvarán los que en lugar de ser pastores que de- fiendan sus ovejas de los acometimientos del lobo del pecado , se transforman en fieras que devoran, que destruyen, que escandalizan las almas? ¿Se salvarán? No, señores. Ni estos, ni quantos no esten adornados de justicia para ser verdaderos Sacerdotes de Dios, viviendo como christianos irreprehensibles, como Sa- cerdotes perfectos y pastores santos, se salvarán. Ni estos , ni quantos no esten adornados de un espíritu de religion que los una á Dios, que los dedique á Dios, y los consagre á Dios , se salvarán. Ni estos, ni quantos no vivan abrasados en la caridad para ser útiles á sus próximos, para socorrer á sus próximos en sus necesidades espirituales y corporales , buscan- do sus ovejas descarriadas, curando sus ovejas enfer- mas, instruyendo sus ovejas ignorantes , defendiendo sus ovejas perseguidas, y llevando sobre los hombros del amor mas puro y compasivo sus ovejas extravia- das, se salvarán. Ni estos, ni quantos no repriman sus pasiones y enfrenen sus apetitos con una mortifi=