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DIA PRIMERO. 69 efecto causa en mi alma? ¡Triste de mí! que si 4 los hombres mas desarreglados del mundo les hu- biera Dios concedido estas gracias , no solo hubieran le hecho penitencia , sino que caminarian veloces « yirtud en virtud hasta ver al Dios de los Dioses en Sion; y yo anégado en un torrente de misericordias, aumento mis maldades, endurezco mi corazon, vuel- bo males por bienes , y pecados por beneficios. ¡Ó Señor y dulce Jesus mio! Ciego he vivido sin conocer lo que es ser Sacerdote, y la santidad á que estoy obligado. Hoy, Dios mio, me dais á conocer esta verdad; pero no basta que yo la conozca, es me- nester que ame la santidad y la desee. Vuestra gra- cia , mi Dios, es la que puede formar en mí este de= seo ; pero sea, Señor, un deseo fervoroso , eficaz y práctico , un deseo universal y sin medida, un deseo constante y firme , un deseo sostenido por una santi- dad perseverante. Quiero ser santo, Dios mio. Quie- ro ser santo á toda costa. Desde hoy, como buen Sa- cerdote , quiero comenzar , continuar y acabar fiel- mente en vuestro santo servicio.