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Dra sértimO. 75 cruz de Jesuchristo, van á ser confundidos á la vista del universo. ¡O qué rabias y qué despechos se apo- derarán de sus corazones , viendo y oyendo á los buenos saludar la santa cruz que les mostró el Ca- mino de su eterna felicidad! ¡Dios te salve, ó buena cruz, dirán, que tanta gloria participaste con el con- tacto de los miembros del Salvador! Ahora por tí nos uniremos á él, pues él por tí nos redimió. A este tiempo los santos Angeles habrán formado en el ay- re unos magníficos tronos en que se sentarán Jesu-= Christo Dios y hombre verdadero, María Santísima su-madre, los Apóstoles, y los pobres de espíritu, para hacer mas grande y magestuoso aquel terrible juicio. Indecible es, ó alma mia, la gravedad y se- ñorío con que Christo Redentor nuestro mirará 4 todos. Allí buenos y malos, ángeles, hombres y de- monios , doblarán las rodillas, y le reconocerán por Hijo de Dios, por Dios y hombre verdadero, por Rey y Señor de todo lo criado. Pero ¡ay! ¡con qué dolor y rabia de los malos ! ¡Con qué alegría y gozo de los buenos! Inmediatamente mandará Jesuchristo 4 sus An= geles que entrando en aquella inmensa múltitud ¿ Se= paren los buenos de los malos, aparten los justos dé los pecadores , y saquen los predestinados de entre los precitos. Con efecto, alma-mia, saldrán lós san. K 2