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DIA SEXTO. 37 de el Espíritu Santo sobre las almas , ¿y no te aver= giienzas de aplicarlas á los cuerpos de.... ¡Me estre- mezco, señores, tiemblan mis huesos, y mi corazon palpita sin atreverse 4 proseguir con las palabras del Santo! Omitámoslas por la reverencia debida á aquel Dios sacramentado , 4su purísima Madre, á las imá-= genes de los ¡Santos, al honor del .templo 'en que nos hallamos congregados-, y al respeto que infunden vuestras venerables personas. Omitámoslas , y-con= cluyamos proponiendo algunos remedios contra tan funesta pasion. El. primero es el retiro de los peligros. Este es:ab= solutamente preciso; porque en habiendo amistad es- trecha , conversaciones freqiientes , visitas, regalos ó cohabitacion con mugeres, son'casi inevitables las caidas: Cree :4 los que tenemos experieneia'+ decia San Agustin. Lo aseguro con certidumbre delante de Dios,.que he hallado caidos los cedros del Líbano, y los hombres mas eminentes gimiendo vencidos de esta vergonzosa pasion yde cuya ruina los creta tan disz tantes.como los Ambrosios: y Gerónimos: Un Sacer= dote jurito á una muger á todas horas, en todos lós tiempos, de noche y: de dia , en verano y en invierta no, ¿y vivir casto? ¿y mantenerse puro? Este es un prodigio tan grande como el que vió-Moyses:quando ardia la zarza y no se quemaba:.es. no menor mila-