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368 Exzxcrciós” EspfriftaLes, CONSIDERACION SEGUNDA SOBRE LA PERSEVERANCIA. Considérate, alma mia, semejante al paralítico dé la piscina, 4 quien milagrosamente dió la salud Jesu: christo, y figúrate que fueron dichas á tí aquellas mis- mas palabras : mira que ya estás sano. Guárdate de volver 4 hacer alguna Cosa desagradable al Señor, porque no te suceda peor. Tú alma mia, por la gra- cia de Dios, te hallas ahora sana de tu tibieza y lan- g tidez , y estás restituida 4 un maravilloso fervor, Patentes son las luces , el conocimiento y las inspi= - raciones que en estos dias has recibido del Señor. ¿No te hallas por ventura interiormente fortificada de la gracia, y determinada 4 perfeccionar la gran- de obra de tu salud eterna? ¿No "has formado pro- pósitos y resoluciones para hacer en adelante uná vida verdaderamente digna del sacerdocio? Sin diida alguna, Dios ' nuestro Señor nó ha faltado ni faltará por su parte, y puedes vivir segura de-$t' protec- cion, siempre que tú quieras honrarle con mas fiel correspondencia. De tí, pues, depende tódo. ¿Quie- rés ser constante en la fidelidad á tu Dios, arreglan- do de aquí en adelante tu vida, como se los has prometido? Pues sabe que 4 tu perseyerancia está sos