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DIA DECIMO. 349 si por su desidia, cobardía y pereza no le imi- ta (1).” Aquí se encierra aquel cuidado de que sus fe- ligreses guarden las fiestas, las temporas y demas ayunos, de que debe avisarlos , para que por su ig- norancia no los omitan : aquí el que asistan á la Misa parroquial para oir la divina palabra , como lo manda el Concilio: aquí el que los padres trai- gan ó envien sus hijos todos los dias festivos , para que se les enseñe la doctrina christiana , como asi- mismo lo manda el Tridentino + aquí el que procu- ren que todos esten en el templo con aquella reve- rencia, atencion y devoción que pide un lugar tan sa- grado: aquí el amonestar y corregir á sus feligreses, para que en los dias festivos, y muy particular- mente miéntras los divinos oficios, mo haya bayles, juegos, paseos públicos y otros actos profanos, convites , córrillos, ni desenvolturas : aquí el que la Iglesia esté surtida de ministros para la administra- (1) Siipse Dominus Jesus pro omnibus suis tantam curam habuit , ipse docuit, ipse curavit, ipse sanavit, ipse propriis hu- meris oves reportavit, atque tantum dilexit ut etianm multas sus- tens injurias, multa opprobria, multasque pasiones , pro 1psis animam traderet , quid nos miseri, et desidiosi dicturi Ssumus, qui etizvm pro ovibus consmissis curam impen pa p dere neolizimus? o O Joan. Damascen. Epist. 1v. tom. 1. Conc,