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322 Exercicios ESPIRITUALES. necesidad de su doctrina. San Pedro, aquel cobarde Pedro, quecon tanta ingratitud habia negado á su Maestro, este mismo, lleno de un santo y divino fuego , arrojando rayos de luz con cada una de sus palabras , confunde á los judíos, les da en cara con el horrible deicidio que acababan de cometer, les ma- nifiésta ser Jesus el Mesías prometido, le confiesa pú- blicamente por Dios y hombre verdadero , hace pa- tentes los escondidos misterios de su cruz , su muer- te , su resurreccion ; y en confirmacion de su doctri- nada habla á los mudos , vista á los ciegos , pies 4 los cojos , movimiento á los baldados y salud á todo género de enfermos. ¡O fuerza admirable del Espíri- tu de Dios! No satisfecho el zelo de los Apóstoles con las conversiones de tantos millares de almas como hi_ ciéron en Jerusalen , salen por todo el mundo, lle- vando en triunfo el estandarte de la cruz, y publi- cando la nueva doctrina del Salvador. ¡O qué cam- po,tan vasto se les presenta á los ojos! la ciega gen= tilidad con toda la infinidad de sus errores: el judais=- mo con la inútil posesion de los divinos oráculos, y la errada inteligencia de las escrituras: el mundo todo cón sus Monarcas, riquezas , poder y sabiduría. Pero nada los detiene, nada los acobarda, por todo atrope- llan. A su presencia caen los ídolos , se demuelen los falsos templos, se sujetan las naciones mas indómitas

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