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DIA NOVENO, 205 Esta es vuestra obligacion , venerables Párrocos: no la omitais, si no quereis que perezcan vuestras ovejas, y que vosotros perezcais con ellas, si no que- reis que se os diga: Parvuli petierunt panem., et non erat qui frangeret eis (1). Los niños de vuestra par- roquia piden el pan de la instruccion en nuestros ca= tólicos dogmas: los jóvenes solicitan el alimento de los saludables preceptos del Señor : los ancianos pre- tenden la vianda de los santos sacramentos: las pia- dosas mugeres y otros devotos fieles claman por la enseñanza de la oracion , y otros medios convenientes para salvarse: las necesidades de todos'son urgentes, sus clamores grandes. ¡ Ay de vosotros si callais ! ¡ Ay de vosotros si no les proporcionais el remedio con la palabra de Dios! ¡Ay si se dice de vosotros :Parvuli petierunt panem , et non erat qui frangeret eis! En tal caso ,¿ qué serian vuestras parroquias sino un desier- to de virtudes, y un espesísimo bosque de abomina- ciones? -¿ Qué seria una feligresía en que el Párro- co no clamase contra los vicios, ni exhortase dul= ce y freqientemente al exercicio de las virtudes? ¡ Ay Dios! Llena toda de formidables ignorancias, repleta de desórdenes y pecados, desatendidas las obligaciones de ciudadanos y de €hristianos, no harian (1) De Lament. Jerem. c. 11. y. 4.
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