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DIA NOVENO. 283 tor, de su dulcísimo Padre y liberal bienhechor! Pas- mados y absortos se quedarian , mirando al cielo, y arrojando suspiros los mas tiernos, querrian volar por esos ayres en seguimiento de su Criador y su Dios: la tierra les pareceria penosa cárcel que los privaba de tanta dicha; y desearian vivamente ser desatados de las cadenas del cuerpo para unirse á Jesuchristo; pero apénas este Señor se les ocultó á su vista , quando apareciéndoseles un Angel , les habló de esta manera: varones de Galilea, ¿qué haceis aquí mirando al cielo? Sabed que este Jesus que ahora as- ciende con tanta gloria y hermosura , descenderá á su tiempo con igual poder y magestad ; que fué co- mo decirles : hombres que vivis sobre la tierra como peregrinos y extrangeros: “vosotros los que andais por el camino de la vida, mirad como empleais los dias : no os apegueis á los bienes temporales : des- prendeos de todo lo terreno: lorad, orád , gemid, considerándoos ausentes de vuestra patria, y dester- rados del cielo. Vosotros ahora ¿qué veis de esta man- sion de eterna felicidad? ¿Hasta dónde se extienden vuestros alcances, respecto de aquellos bienes que Dios tiene preparados á los que le aman? ¡Ab! ¡Li- mitados son los entendimientos de los hombres para comprehenderlos ! ¡Débil su vista para mirarlos! Yo, que los poseo , puedo solo deciros, que en su multi- Nn 2