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Dia sexro, r> das, las publican en sus concurrencias, y son el mas freqiiente asunto de sus murmuraciones. ¿Ca- llaremos nosotros por obedecer á San Pablo? ¿Apadri- haremos con nuestro silencio los desórdenes de nues- tros hermanos? No señores. No permita el Omnipo- tente que seamos tan ignorantes que llamemos bueno á lo malo, y demos nombre de malo á lo que es bue= no. No aprobamos la imprudencia € injusticia de los fieles en descubrir las faltas ocultas de sus pastores; pero tampoco dexaremos de condenar la conducta desordenada de los pastores que da ocasion á las can lumnias ó murmuraciones de los fieles. Entiendan es- tos que nosotros somos los primeros en desaprobar la incontinencia de los eclesiásticos; pero sepan aque- llos al mismo tiempo que la caridad cubre la muléña tud de los pecados, y que son reos de muerte eterna, si imputan á los Sacerdotes delitos que no han comes tido, si descubren los que cometieron estando ocule tos, si aumentan los que ciertamente .cometierón, y si interpretan en mal sentido sus acciones 6 palabras lícitas Ó indiferentes. Sepan que en esto vámos cone formes con la doctrina de San Pablo, que si nombra la fornicacion , el adulterio, y las demas obras de la carne que son manifiestas, como dice el Santo 68 para abominarlas, aborrecerlas y detestarlas ¿y quando encarga que ¡no se nombren entre nosóttoS, Lom. LI, Cc