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156 Exercicios ESPIRITUALES. preferencias y distinciones en el cléro! ¡Qué sensi- ble quando no te las conceden óte las niegan! Aver- giiéntate polvo y ceniza de tu soberbia. Avergiién- zate, Sacerdote , pues debiendo tener por tu estado mas conformidad ¿on Jesuchristo que todos los de- mas christianos , vives mas desemejante al Señor que todos ellos. Avergiiénzate , porque debaxo de un hábito santo , de un vestido humilde y modesto, ocultas mas soberbia y ambicion que los más desre- glados seculares. Esto es 4 la verdad , desmentir tu profesion , y desmentirte 4 tí mismo. Así es, Dios mio , y bien único de mi alma ; pe- ro yo quiero poner un remedio pronto y eficaz á los infinitos males que la soberbia ha causado en mí hasta ahora. La soberbia , Señor, fué el primero de todos:los pecados, y de esta fuente emponzoña- da.se originan todos ellos. Solo vuestras humilla- ciones podian repararlos , y por esta causa entran= do'en el mundo empezaste por la humildad. Vues- tro exemplo es para mí una leccion muy clara é in- teligible : aunque sois un Dios tan grande, quisis- teis estar encerrado como niño en el seno de una vírgen , enseñándome ya desde allí que debo ha= cerme por mi humildad tan pequeño como un niño, ¿ Puedo ignorar esta excelente y divina leccion, Ó te- ner pretexto para dexar de practicarla? ¡Ah, Señor!