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144 Exercicios EsPIRITUALES, ra premiar despues sus méritos en proporcion de los trabajos por el acrecentamiento de su gloria. ¿Qué . le falta á este lugar para cielo? Si el alma no ve al Señor con aquella vision clara é intuitiva con que le miran y logran los bienaventurados , la fe le to- ca, la fe le mira, la fe nos le descubre presente como sacramentado en el sagrario, y como inmenso en el coro. Cantad pues al Señor Dios salmos, him= nos y cánticos. Venid , Sacerdotes , entonad las di- vinas alabanzas con el espíritu y con el cuerpo , con la lengua y con el alma: ámbas cosas hemos reci- bido del Señor , y con ámbas debemos bendecirle pa- ra que le sea agradable nuestra oracion. Venid, y adoremos al Señor Dios nuestro en es- píritu y verdad. Adorémosle porque es nuestro Cria- dor , que nos sacó de la nada enmedio de su es- cogido pueblo, pudiendo habernos criado entre las naciones bárbaras, y en lo mas apartado y remo- to de la fe. Venite adoremus eum , quía ipse est Dominus Deus noster. Adorémosle , porque llevado de una caridad excesiva , incomprehensible , in- mensa , baxó «de los cielos á la tierra para redi- mirnos , para salvarnos , dando por nuestro resca- te su vida y su muerte, su cuerpo y su alma. Ve- nite adoremus eum. Adorémosle , porque con una providencia admirable y verdaderamente divina nos