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Dra SEPTIMO. “18 delicta ostende mibi. Desde el momento en que nos bautizaron se infundieron en nuestra alma por el Es- píritu Santo las virtudes,morales y teologales, á fia de que regulando por ellas nuestras costumbres, re- sistiésemos al demonio , mundo y carne ,y consi- guiésemos por premio de nuestras victorias la vida eterna. Exáminémonos por tanto, venerables Sacer- dotes , de cómo hemos usado de estas armas espiri- tuales en las batallas de la vida. La prudencia, ya lo sabeis, es una virtud , con la que obrando con refle- xion elegimos los medios que son mas proporciona- dos para la consecucion del fin honesto que nos pre- fixamos. Exáminaos' pues sobre si os aplicais á saber lo que os puede ayudar en el servicio de Dios, y á dar de mano á quanto os puede ser de impedimento... ¿Si los ministerios que el Sacerdocio os impone ,co- mo son el oficio divino, la predicacion, el confe- sonario , el altar , los exerceis en órden á agradar á Dios, Ó por otro fin temporal?... ¿Si investigais quáles serán los medios eficaces para domar la pasion do- minante?... ¿Para enmendar los defectos » Y Conse- guir aquella virtud, de que teneis mayor necesidad?.. Teneis necesidad de ciencia, ¿ pero en qué libros la aprendeis?... Teneis necesidad de la oracion , ¿cómo os dedicais á ella?... Teneis necesidad de ser castosy ¿ cómo os mortificais para serlo?... ¿Si pensais. y «con- Pa
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