BCCPAM000538-4-09000000000000

Dra: serrimo., 113 tos con un número casi infinito de Christianos de- masiadamente «confiados de-su salvacion , qué se han hecho? ¡¿Ay, Dios mio! ¡y Cómo-la-falta de este mismo temor santo. debe llenarme de temor! ¿Pue- de haber en el mundo cosa que dé mayor cuidado que el peligro de condenarse? Sin embargo ningun cuidado te cuesta, como si ya te hubieran asegura- do que eras del número de los que se han: de sal- var. Pero “sabe , alma mia » Y Considéralo ,, que no cesa.:el peligro , porque tú. cierres los ojos -para no verle. No.es ménos sensible tu condenacion, porque no sientas el ¡incurrir en ella. No. son ménos pavo- rosas las voraces llamas del abismo ,: porque no ten- gan para tí eficacia de despertarte del ¡sueño del pecado. No es ménos espantosa la eternidad , porque á tí no te hofrorice ni espante. No dudes que aun quando no tuvieras otra razon de temer sobre el pun- to de tu salvacion que esa misma tranquilidad y esa Paz. perniciosísima ; tenias sobrado motivo para du- dar de tu salvacion, Los mayores Santos á vista de un peligro tan inminente han vivido llenos de temor; ¿y tú, distando tanto:de la santidad ,-no'temes? Es bienaventurado el hombre, dice Dios, que vive con temor santo; ¿y tú sia él pretendes ser bienaventu- rado? ¡Qué necedad! ¡qué locura! 4 ¿Verdad es ,.ó Dios mio ,.que hasta aquí me he Tom, 11, E

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz