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Dia sírtTimo, 109 Procuremos aprenderla sin tardanza los que nos hallamos en el ministerio sacerdotal, poniendo por cimiento sólido el santo temor de Dios. Poto impor- ta , señores , saber muchas cosas si no nos sabemos salvar, ni contribuimos” 4 la salvacion de nuestros hermanos. No sin grande misterio, decia San Pablo: Non plus sapere , quam oportet Sapere , sed sapere ad sobrietatem. Aprendamos esta ciencia sóbria, hunil- de, pura , trabajadora , modesta y Caritativa: apren- dámosla en los libros , que son las fuentes de la ver- dadera sabiduría , y no la busquemos en las cister- nas disipadas, que nd contienen el agua pura de la doctrina del cielo. Apréndanla tambien los que aun no han ascendido al Sacerdocio , y hasta poseerla no se atrevan á pretender las órdenes mayores. De este modo unos y otros cumpliremos la voluntad del Se= ñor , seremos útiles á la Iglesia y al Estado : nuestra vida será el modelo de la virtud que imitarán los pueblos, y nuestra muerte será preciosa en los ojos de Dios, 4 quien sea dada toda gloria por los siglos de los siglos. Amen,