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8 Exercicios EsPIRITUALES. 4 sí mismo; y mirándose casto , sóbrio , estudioso, ayunador , puntual en pagar á Dios las divinas alaz banzas, ya le parece que puede con segura concien=- cia juntar doblones, amontonar dineros”, figurándose unas necesidades inverificables! Pero aun quando el Sacerdote, decia San Pedro Damiano , edificara igle- sias, predicara todos los dias , pacificara todos los enemistados , confirmara en la fe á los débiles , asis- tiera incansable á los divinos oficios, y se apartara de los negocios terrenos , miéntras no ahogara en sí mismo el ardor de la avaricia, perderian todo su resplandor estas virtudes, y no se hallaria hombre mas perverso y abominable (1). Pidamos por tanto, venerables Sacerdotes, la ¡lus- tracionde lo alto para exáminar si en nuestro corazon crece el amor al dinero , al paso que este se aumenta. ¿EXAminemos si la avaricia tuvo parte en nuestra en- tada al Sacerdocio?...¿Hubieramos abrazado estesan- to estado, si el beneficio no hubiera sido tan quantio- 0) at avarus, parietes Ecclesia construat, studio predica. tionis insistat , dissidentes in pace confederet, titubantes in catholica des veritate confirme! , offerendis quotidid sacrificiis sit intentus , d megoriis secularibus sit remotus ; donec tamen WI POArAOr varita non extinguatur, omnis flos virtutum ejus ARNO, EE RUIME PO criminosior invenitur. S. Petrus Dam. fom. 111. Opusc. XXXI. C. LIT.