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vejez, las fuerzas y no tarda en extirguirse, como se secan las aguas del torrente en cesando las lluvias que lo produjeron. El termino más común de la vida humana es de setenta años, y lo sumo ochenta: pues que lo que de ahí pasa, más que vida, es una cadena de achaques y mise- rias: y aun enseña la experiencia que muchos ni siquiera llegan á gozar de todo ese número de años, sino que,sorprendidos en la mitad del camino, se ven precisados á exclamar con el rey Ezequías: Cortada ha sido mi vida como tela por el tejedor mientras se es- taba urdiendo. » Pero aun cuando llegue uno á disfrutar del término más largo de la existencia, ¿qué es todo ese tiempo comparado con la eterni- dd